El domingo pasado los Socialista del todo el país tuvimos la oportunidad de elegir democráticamente a nuestras autoridades nacionales. Los partidos políticos en la argentina, muchas veces, imponen hacia su interior prácticas políticas autoritarias para contralar tanto su funcionamiento interno, como para la fijación de metas de tipo electores. Este no el caso del Partido Socialista, puesto que los afiliados al mismo contamos con posibilidades reales de participación en distintas instancias, como: los congresos partidarios, las conformaciones de lista de los distintos Centro Socialista, y en especial la participación electoral cuando no se logra un consenso en la articulación de las autoridades partidarias.
El domingo 13 de junio se presentaron dos listas para la renovación de autoridades nacionales; una lista, integrada por compañeros socialista de amplia trayectoria partidaria que tienen importantes responsabilidades políticas, como el gobernador de Santa Fe, Hermes Binner; y otra lista, integrada por afiliados socialista, la mayoría de ellos de la provincia de Buenos Aires, cooptados mediante promesas y cargos por el Kirchnerismo. Jorge Rivas, el referente que encabezo esta lista ocupo por un período la vicejefatura de gabinete del gobierno de Néstor Kirchner.
De este modo, en este proceso electoral se confrontaban dos formas de pensar y construir la realidad política en el país. Una que cree en las posibilidades de ser una alternativa verdadera al gobierno nacional, coordinando y concertando acuerdos con otras fuerzas políticas “auténticamente” progresistas dentro de un proyecto político nacional a futuro; y otra, que cree el Partido Socialista debe ser un aliado del gobierno nacional, abandonado de este modo las reivindicaciones históricas que ha sostenido nuestro partido desde hace más de cien años, como la ética pública, la transparencia de gobierno, y el respecto a las instituciones democráticas.
Los afiliados Socialista le dieron un fuerte espaldarazo a la lista encabezada por el senador Rubén Giustiniani, logrado ésta más del 90 por ciento de los sufragios emitidos.
Este resultado evidencia que la mayoría de los afiliados Socialista creen que nuestro partido debe jugar un rol protagónico dentro del campo progresista, como afirmó Giustiniani: “Esta elección demuestra una firme decisión de los compañeros y compañeras del PS que no quieren un partido manejado desde la Casa Rosada sino un Partido de participación de abajo hacia arriba, propositivo, de centroizquierda y alternativa de gobierno”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario